En este tiempo que estamos viendo y oyendo tantas cosas respecto a los últimos tiempos, donde se están levantando tantos apóstoles, profetas e “cristos”, ¿qué debemos hacer?
Se habla de renovación: protestante, carismática, tradicional, discipular, neo pentecostal, iglesias formales e informales, catedrales; pare de sufrir o sufra sin parir. Son tantas las opciones, que si las fuera mencionar, gastaría mucho de su precioso tiempo.
¿A qué me refiero? Me explico. Delante de todo lo mencionado, creo que hay más innovación que renovación.
Se habla de ser lleno del Espíritu. Hay “llenuras” para todos los gustos: saltar, gritar, girar como trompo. Hay los que ahora dicen tener la unción del león, del toro, del águila. Pero viene otra pregunta: ¿Llenura del Espíritu o buenas payasadas? A lo mejor puede ser el espíritu humano actuando y engañando a muchos.
No nos olvidemos que estamos viviendo tiempos difíciles:
Estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo:
—Dinos, ¿cuándo serán estas cosas y qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?
Respondiendo Jesús, les dijo:
—Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y a muchos engañarán. Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca, pero aún no es el fin. Se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares. Pero todo esto es solo principio de dolores.
»Entonces os entregarán a tribulación, os matarán y seréis odiados por todos por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se odiarán. Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Pero el que persevere hasta el fin, este será salvo. Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.
Se piensa en llenar las iglesias con programas de entretención para todos los gustos: teatro, danza, mimos, donde se exalta más a la carne que a Cristo y se olvidan lo más importante: predicar el arrepentimiento, el volverse a Dios y tener una vida piadosa en Cristo.
La verdadera renovación espiritual consiste en arrepentimiento, quebrantamiento, búsqueda de Dios, y conlleva a predicar el Reino de Dios a toda criatura:
Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó y les habló diciendo: «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».
Amén.
Amados, no nos olvidemos las palabras del apóstol Juan: Hijitos, ya es el último tiempo. Según vosotros oísteis que el Anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestara que no todos son de nosotros.
Anticristo es una palabra que significa alguien que se opone a Cristo o que usurpa su lugar. Juan, sin embargo dice que habrá muchos que se opondrán a Cristo, y los identifica por sus doctrinas y practicas.
Lastimosamente hay muchos anticristos. Hay muchos falsos apóstoles, profetas y maestros.
Es tiempo de buscar una verdadera y genuina renovación espiritual. Dejemos toda la innovación que estorba la gloria de Dios, y volvamos al primer amor.
Pastor Marcos Santos